Domingo 25 de diciembre. Navidad
Juan 1, 1-18
Navidad: El Dios que se muestra al mundo en Jesús, habla, es palabra, es comunicación, es donación.
En la Navidad, Dios ha hablado. «La Palabra de Dios se ha hecho carne.
Esto lo cambia todo. Dios mismo ha entrado en nuestra vida. Es posible vivir con esperanza. Dios comparte nuestra vida, y con él podemos caminar hacia la salvación. Por eso la Navidad es siempre para los creyentes una llamada a renacer. Una invitación a reavivar la alegría, la esperanza, la solidaridad, la fraternidad y la confianza total en el Padre.
Dios no da explicaciones sobre el sufrimiento, sino que sufre con nosotros. No responde al porqué de tanto dolor y humillación, sino que él mismo se humilla. No responde con palabras al misterio de nuestra existencia, sino que nace para vivir él mismo nuestra aventura humana…nuestros interrogantes, nuestra impotencia, nuestras desilusiones…
El Dios que se revela en la Palabra es Luz y Vida.
Tenemos la palabra repetida a lo largo de la historia para que cada persona pueda entenderla en su tiempo, en su situación, en las circunstancias de su vida.
Todo lo que significa iluminar, dar vida, es propio de los seguidores y seguidoras de Jesús. Con su luz debemos iluminar otras vidas, entusiasmar otras historias. Es nuestra misión.
No se puede ser testigo de lo que no se ha experimentado. El testigo no es la luz, se deja iluminar por ella. Recibe e incorpora la claridad necesaria para iluminar el camino que conduce a Jesús. La luz de Jesús ilumina nuestra vida, ella puede más que todas las sombras.
Celebrar la Navidad es hacer sitio al Amor del Dios de Jesús en nuestro programa de vida.
Él nos capacita para ser sus hijas e hijos, para buscar la felicidad, para soñar con la fraternidad, para construir un mundo más humano. Nace Jesús para que la vida sea diferente, porque la Vida es diferente.
Alguien ha venido a vivir entre nosotros, no va a imponer nada. Supera la ley de Moisés y toda ley. Lo suyo es gracia, liberación, plenitud.
Para saber cómo es Dios, sólo hay que mirar a Jesús.
Qué todas y todos podamos vivir un Navidad distinta, más centrada en lo esencial.
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